Saltar al contenido
ElcheXploreR

Los cipreses de La Cañada

El ciprés, Cupressus sempervirens, su nombre científico hace referencia a la isla de Chipre de donde procede la especie, la mitología griega cuenta que Cipariso mató por error a un ciervo, y fue tal su pena que pidió a Apolo que le permitiera llorarlo eternamente. El dios convirtió a Cipariso en un ciprés, pasando a ser este árbol una figura de duelo hacia los seres queridos.

El ciprés es o ha sido un árbol sagrado para muchos pueblos, su perenne verdor, su longevidad, su forma de llama y su fuerte madera, lo hacen candidato para ello. 

El ciprés en Europa se relaciona con los cementerios y camposantos, parece que nos den la bienvenida a la vida eterna, protegiendo a los espíritus de los aires malignos, además sus raíces crecen en profundidad sin dañar tumbas ni muros cercanos.

También podría ser un símbolo de resurrección al elevarse sus ramas, o al conectar con su altura la tierra y el cielo. 

El ciprés es símbolo de hospitalidad, de estatus social o bienvenida, indicaba al viajero que llegaba a algún lugar importante. 

En definitiva, esas coníferas eran plantadas por muchos motivos, desde espirituales a prácticos. 

De momento los existentes a ambos lados de parte del camino de La Cañada (Torrellano), con casi cinco metros de altura y dos kilómetros de longitud, no sabemos su objetivo o propósito, si tuviéramos que decantarnos por alguna razón, sería la de conseguir una pantalla acústica, cortavientos, dar intimidad y obtener al mismo tiempo una majestuosidad que avisa al viajero que se acerca a un lugar destacado o relevante, en este caso la finca de La Cañada.

Su característica torre denominada también Torre de La Cañada, construida en 1631 (Cases Navarro, J. 2020) dentro del sistema defensivo del campo de Elche, con casa señorial anexa del siglo XVIII y propiedad de los Vaíllo de Llanos. Dicha torre hacía de conectora entre las situadas en la costa y las de la villa.

Y por último, refiriéndonos exclusivamente a los cipreses, observamos que poco a poco sin ningún tipo de riego ni cuidados, se están secando irremediablemente, eliminándose así un hito paisajístico de la zona.

WEBGRAFÍA: